Involucrarse positivamente en el proceso de desarrollo rural significa antes que nada fomentar la cooperación y complementariedad entre instituciones prestadores de servicio del sector rural, sean ellos gubernamentales, no gubernamentales o privadas existentes a nivel nacional o sub-nacional.

El éxito o fracaso de intervenciones en el desarrollo depende además de factores internos (ética, valores, liderazgo) y del contexto (individualismo versus solidaridad en el plano cultural, competencia versus cooperación en el plano económico y democracia versus autoritarismo en el plano político). De acuerdo a nuestra experiencia, el desarrollo territorial rural está asociado principalmente (entre otros) a las siguientes condiciones:

• La solvencia moral y capacidad intelectual de los gobernantes y políticos.

• La capacidad de gobiernos de los distintos niveles administrativos (nacional y subnacional) u organizaciones civiles para emprender la planificación, ejecución, monitoreo y evaluación de impactos y las tareas de la transformación productiva (Cadenas de Valor) de manera conjunta.

• Los espacios y mecanismos necesarios para la concertación público-privado (mesas o consejos de coordinación interinstitucional liderados por los gobernantes).

La consultora tiene amplia experiencia en la temática en el Paraguay, especialmente en los departamentos de Concepción, Itapúa, San Pedro, Caaguazú, Guairá, Caazapá y Paraguarí. Además, ha realizado consultorías relacionadas a la gestión de desarrollo rural y manejo sostenible de recursos naturales en Colombia, Brasil, República Dominicana, Perú, Ecuador y Camboya (Asia).